LA LIBRE ELECCIÓN EN LA INFANCIA
¿Cuánto tiempo nos lleva aceptar la libre elección de nuestros niñ@s? La de verdad, la que eligen por fuera de nuestras expectativas.
Confiar en el acompañamiento que hacemos como adultos, para así respetar sus elecciones, es sin más, un glorioso comienzo.
Para María Montessori, es también, otro de los pilares de la filosofía.
Veo frecuentemente, que bajar este concepto a casa o la escuela, nos genera a los adultos
intranquilidad? Incertidumbre? Inseguridad?
Se repite como lección estudiada de memoria, la importancia de la libre elección en la infancia, pero cuando las papas queman, condicionamos o en el peor de los casos, chantajeamos emocionalmente.
Un punto de partida para comenzar a abonar estas tierras que parecen inciertas y se vuelven inseguras en el ejercicio de “acompañar y dejar elegir”, es saber que ell@s traen y despliegan sus intereses, habilidades y curiosidades. No, no son una tabla rasa. No somos nosotros quienes debemos “imprimir cosas”
El proceso es complejo.
Muchos de estos intereses, tienen que ver con nosotros, los adultos que estamos cerca: mapadres, docentes, familia extensa. Las identificaciones que allí se juegan, aquello que nos ven hacer o decir cotidianamente.
La consciencia que tomemos sobre nuestra función, también será parte de la libre elección. Será lo que ofrecemos día a día sin intención pedagógica.
“La fruta no cae lejos del árbol”
Para que un niñ@ pueda elegir, primero debemos acompañar el desarrollo de la voluntad (oooottrrooooo teeemmaaa). Elegir implica también renunciar a aquello que ahora, no puedo.
Confiar en nuestra reflexión cotidiana sobre la función de maternar o educar, “es la que va”.
El hacer todo bien, no existe en temas de crianza, ni siquiera en educación.
Porque la singularidadprima, y, el “para mí son todos iguales” ha hecho mucho daño. #montessorisarte #montessori